Nombre: Benjamín, a 3.380 km de casa.
Ocupación: Estudiante.
País de residencia: Canadá.
País de origen: Honduras.

Tengo la dicha de poder contar mi historia, ya que los índices de violencia contra las y los defensores de derechos humanos en Honduras, mi país, no son alentadores. Es por eso que Tegucigalpa se convirtió en un lugar de riesgo para mí: soy militante de varios colectivos de defensores de derechos humanos, líder estudiantil y, además, transgénero.

Por ese motivo en agosto 2015 me fui a Costa Rica, donde logré una beca y donde me gradué. Estuve un año allí y regresé a Honduras. Pero el acoso se intensificó y me di cuenta de que me estaba poniendo en riesgo a mí mismo y a mi familia. Estaban molestando a mis sobrinos en la escuela, a mí mamá. Por eso en diciembre de 2016 tuve que volver a salir, en esa ocasión hacia Canadá. Desde entonces, estoy instalado en Toronto.

Hay mucha gente aquí que me ha apoyado para que este lugar se convierta para mí como una casa pasajera, porque mi hogar siempre estará en Honduras.

Sin embargo, en Honduras ni siquiera podía considerar iniciar mi tratamiento hormonal o mi operación, y eso es sin duda una de las cosas más transcendentales que me ha brindado Canadá. En todo este proceso mi familia ha sido para mí un soporte fundamental. Cuando le conté a mi mamá ella me dijo “ya sabía”, y mi abuelita, con sus 90 años, se sale de todos los paradigmas conversadores y me apoya incondicionalmente.

Mi transición me ha servido muchísimo para crecer emocionalmente y también me ha servido como filtro para saber quién estaba a mi lado y quién no.

Ahora estoy estudiando inglés y francés a tiempo completo e intento aprovechar cada instante para reconstruir mi vida tal y como era antes. No sé cuándo, pero me encantaría regresar allá y hacerlo con más herramientas para contribuir a construir una Honduras mejor.

SDG 8 - TRABAJO DECENTE Y CRECIMIENTO ECONÓMICO
SDG 5 - IGUALDAD DE GÉNERO
SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES